lunes, 10 de enero de 2011

Plegaria (sueño del bardo)



Acuérdate de mí
cuando me veas apagado en la fragua de tus manos,
o si me ves aterido en lo cotidiano
conformado con ser soniquete y no viento,
espuma de tu mar y no vela que lo surque.
Evócame entonces,
y hazte de mi alma dueño y de mis penas consuelo,
porque no me acomodo a ser
página de carne y huesos ni epíteto ofensivo
en el libro de tus sueños;
porque prefiero ser sonrisa en tu olvido
a tristeza ahogada en tu recuerdo.

Pero apártame de tu verso
si me ves asomado a la ventana rota de tu paisaje mudo.
No me dejes verte desnudo de promesas,
ni me permitas descubrir
que en el silencio de tus arenas yacen escondidos
todos los poemas que imaginé,
cuando jugando a ser tú,
pura invención de mis debilidades,
vagaba entre susurros inaudibles por el infinito mundo.


(La foto que acompaña al texto es de Laurentiu Margalin)

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