sábado, 14 de abril de 2012

Vampiro (sonata en rojo)



Tu vida se me escurre en el  latir salado de tus venas, mortal profecía.
Vienes y vuelves, una y otra vez, y yo sigo escuchando
el lamento de la brisa cortando en dos el verde del prado.
Pero ahora la sangre se derrama por entre mis recuerdos
y ya no veo más que cielos ennegrecidos lloviendo noches...
Anoche me alimenté de la ceniza estéril de mi existencia.
¡Oh, amada, no te detengas, regresa! amasa en mi pecho
el pan helado de tus besos y después vente al lecho que me acoge,
que quiero que en ti nazcan mil flores negras envueltas en terciopelo.

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